viernes, 29 de agosto de 2008

La SCJN y el aborto

La SCJN y el aborto
Por Jorge Carlos Díaz Cuervo
Publicado en El Economista 29 de agosto de 2008



Esta semana, la SCJN rechazó la pretensión de la PGR y de la CNDH de revocar las reformas que despenalizaron el aborto en el DF.

Esta semana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó la pretensión de la Procuraduría General de la República y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de revocar las reformas que despenalizaron el aborto en el DF.

Al hacerlo concluyó en definitiva el debate en tres aspectos: por un lado se reconocieron las facultades de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para legislar en las materias penal y de salud respecto del aborto; por otro se confirmó la inexistencia de una obligación constitucional para penalizar o criminalizar la interrupción voluntaria de un embarazo y, finalmente, se consideró que no existen vicios, imprecisiones o ambigüedades que eviten la exacta aplicación de las leyes reformadas.

A minutos de haber concluido la histórica sesión del pleno de la Suprema Corte, mis reflexiones son las siguientes:

La despenalización del aborto en el DF no es un triunfo, medalla o trofeo de partido político alguno. Es una victoria socio-cultural producto de décadas de trabajo y lucha del movimiento feminista en México, y en lo particular de activistas sociales y políticas destacadas como Martha Lamas, Patricia Mercado, Rosario Robles, Consuelo Mejía, Ma. Luisa Sánchez, Rafaela Schiavón y muchas más.

Nuestro país cuenta con un tribunal constitucional confiable y transparente. No lo pienso porque el fallo haya sido favorable a la posición que mantengo, sino por el rigor y seriedad con que se abordó un tema complejo. Durante más de un año, las y los ministros se dieron a la tarea de investigar, estudiar, escuchar, analizar y finalmente resolver, cumpliendo con solvencia el papel de la Suprema Corte como garante del Estado mexicano respecto de la constitucionalidad de las leyes y normas que se promulgan.

Nadie debe sentirse atacado o agredida por lo resuelto. Como testigo de las deliberaciones puedo afirmar que en ningún momento se emitieron juicios valorativos respecto del aborto. Es decir, ningún ministro intentó sostener sus argumentaciones a partir de valoraciones subjetivas, como lo son las de carácter moral. En cambio se escucharon deslindes como: (…) independientemente de mi posición personal, no encuentro elementos de inconstitucionalidad que justifiquen su invalidez”.

El proceso que concluyó con esta votación, y que inició a finales del 2006 con la presentación de las iniciativas que dieron como resultado la despenalización del aborto el 26 de abril del 2007, logró profundas transformaciones en las actitudes de las partes que abogamos en favor de la reforma, y de quienes lo hicieron en contra. Al final, nos dimos cuenta que ni unos eran moralistas insensibles, ni otros jacobinos radicales.

Por último, no sólo las mujeres del DF tienen derecho a decidir sobre la continuación o no de un embarazo. Una vez confirmado que ningún Congreso local está obligado a penalizar el aborto, es momento de reformar las legislaciones locales para que nunca más una mujer tenga que recurrir a la clandestinidad para ejercer un derecho. La cárcel para castigar a la mujer que no desea ser madre debe dejar de ser la espada que el Estado blande para amedrentar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hoa, tengo una duda, ¿se puede practicar el aborto en cualquier clínica u hospital en el df ¿pueden decirme a donde puedo acudir? gracias
cucacuar@gmail.com